Estamos
muy acostumbrados a hablar de nuestra salud física, tenemos mucha información al respecto que nos permite tomar decisiones y
estar conscientes de cómo estas contribuyen o restan, así como identificar posibles causas
y efectos, para poder tomar decisiones al respecto.
Sin
embargo, tenemos serias dificultades para entender que no podemos hablar de salud,
sin incluir la salud mental, una no existe sin la otra. A pesar de esta clara
relación, no contamos con información en la misma proporción, mucho menos información fidedigna
que nos permita hacer lo mismo. Es que,
si nos detenemos y lo pensamos un poco, muchos ni siquiera pueden definir en
qué consiste la salud mental, entonces cómo podríamos cuidar o cultivar algo
que ni siquiera sabemos qué es.
Pero empecemos a aterrizarlo. Lo primero que se le viene a la cabeza a la
mayoría cuando hablamos de salud mental, es la ausencia de un trastorno, el
ejemplo más claro que todos hemos vivido alguna vez, es el comentario de “para
qué vas a ir al psicólogo, si no estás LOCO”, entonces la percepción reinante
es que si no sufrimos de un trastorno, entonces por qué deberíamos actuar,
cultivar o tratar nuestra salud mental. ¡Que lejos está esto de la realidad! Ya
que cuando hablamos de salud mental nos referimos a la cantidad de bienestar
que somos capaces de experimentar producto de nuestras ideas, percepciones, de
toda nuestra área afectiva y nuestra conducta, incluyendo que, tanto somos
capaces de aportar cotidianamente en las diferentes áreas que componen nuestra
vida (social, laboral, pareja, etc.).
Muchas veces olvidamos que es fácil estar bien cuando
las cosas están bien, pero qué pasa cuando no, precisamente ahí es cuando
medimos qué tal está nuestra salud mental, es en esos momentos en lo que nos
vemos en la necesidad de entender que no tenemos la mejor forma de plantearnos
ante situaciones adversas, que no logramos desarrollar estrategias eficaces,
que nuestros costos se elevan sin medida, que evitamos en vez de afrontar y
todas las consecuencias que esto y más, pueden llegar a tener en nuestra salud,
sobre todo mental.
En efecto, nuestra salud mental se ve afectada (de
forma positiva o negativa) por muchas variables sociales, biológicas o
psicológicas, pero deberían ser nuestras decisiones y estrategias las que
determinan, en la mayor cantidad posible, nuestro estado. Para esto, hay muchas cosas que podemos
hacer para empezar a tener consciencia sobre nuestra salud mental, monitorearla
y mantenerla, o en caso que algo en ella se altere, ser capaces de restablecer
el equilibrio, preguntándose con frecuencia:
1. ¿Cómo me siento? Esta pregunta es con el objetivo de monitorear su
estado de ánimo, y dentro de él su capacidad de disfrutar las cosas. Cuando estamos mentalmente sanos somos
perfectamente capaces de disfrutar y emocionarnos por cosas del día a día, pero
cuando nuestro estado de ánimo no está en óptimas condiciones es una de las
primeras cosas que dejamos de hacer, por el contrario nos sentimos
desmotivados, carentes de sentido y apáticos.
2. ¿Qué tal estoy durmiendo? Esto no solo hace referencia a la cantidad de
horas que estamos durmiendo, también a la calidad de sueño, ya que este es uno
de los primeros en alterarse cuando nuestra salud mental está pagando costos.
3. ¿Qué tan capaz soy de poner límites? Ser
capaces de establecer límites va de la mano con nuestra salud mental, ya que
implica la necesidad de monitorear con frecuencia qué es lo que necesitamos y
de qué forma, cómo podemos solicitarlo u obtenerlo.
4. ¿Por qué no ir a terapia? Porque ir al
Psicólogo es como ir a la ferretería cuando necesitamos una herramienta. Imagínese que desea colgar un cuadro, es
obvio que va a la ferretería, le dice al ferretero las características de la
pared, el tamaño y peso del cuadro, el ferretero le señala cuáles son las
herramientas necesarias y usted, regresa a casa a colgar el cuadro, pero no se
lleva al ferretero, lo hace usted solo.
Lo mismo pasa en terapia, todos estamos contando con que usted puede
resolverlo, pero nosotros nos encargamos de brindarle herramientas y quién no
quiere más herramientas que no solo mantengan y nos ayuden a cultivar nuestra salud
mental, sino que nos hagan la vida mucho más sencilla.
Por
eso, es importante cuidar la salud y la salud es para todos.
18-04-2024