El empresario resultó campeón de la primera fecha del Campeonato
Centroamericano Copa Repsol 2019, celebrada el domingo pasado en el
Autódromo Internacional El Jabalí.
La adrenalina, los motores, y la velocidad son parte de la vida de Héctor Escobar, quien se desempeña como Vicepresidente Comercial y asesor de Laboratorios Paill, una farmacéutica salvadoreña con presencia en Centroamérica y El Caribe.
Los fines de semana es cuando logra dejar el corre, corre de la oficina para acelerar un poco más a fondo. Y es que Escobar es una figura del automovilismo salvadoreño, que ha logrado coronarse tres veces como campeón nacional.
“Cambiar el ‘switch’ del estrés del trabajo a las pasiones que uno tiene es lo que te permite mantenerte vivo”, afirmó este piloto y empresario de 54 años.
El ejecutivo recuerda que desde muy pequeño, sintió pasión por los carros, tal es así que antes de sus 15 años ya podía manejar.
Sin embargo, fue en 2005 cuando tuvo la oportunidad de participar en su primera carrera nacional de automovilismo. Desde entonces, el piloto salvadoreño no ha parado de correr y en la actualidad es una figura del automovilismo nacional.
Su primer triunfo se lo agenció en 2010, cuando logró el campeonato absoluto en la categoría Alfa Romeo. Sus triunfos se reflejan en una colección de trofeos que ahora cuenta entre sus bienes más preciados, los cuales exhibe en su casa y oficina.
Sin duda alguna, entre sus tesoros también está su colección de carros: siete vehículos de las marcas Alfa Romero y Honda, entre los que destacan cinco clásicos y dos de carrera.
Las hazañas de Escobar son muchas, como aquel día septiembre 2012, cuando ante la mirada de siete mil personas se convirtió en indiscutible ganador de la cuarta fecha del campeonato nacional de automovilismo en el Autódromo Internacional El Jabalí.
En la competencia, considerada la de mayor resistencia en Centroamérica porque comprende 200 kilómetros, es decir alrededor de 60 vueltas, participaron 50 pilotos de la región.
En junio de 2016, El Diario de Hoy publicó. “En medio de la euforia que sonaba acompañada de “El Salvador, El Salvador”, Escobar hizo gala de toda su pericia y habilidades al volante, tanto como de su máquina Honda, que se presentó vestida de la marca Sudagrip, de laboratorios Paill”. Ese día, el empresario añadió un nuevo trofeo a su colección.
En esa jornada participaron 70 pilotos de Guatemala, Honduras y El Salvador, quienes intentaron agenciarse la “Copa Sherwin Williams 2016”, pero fue el salvadoreño quien se llevó todos los honores.
Y hace seis meses, el experimentado piloto ganó una nueva presea porque rompió su propio récord al alcanzar la vuelta más rápida con 1.36 (minutos) en la tercera fecha de la Copa Dumlop.
¿Pero en qué piensa un piloto, durante una carrera?. Escobar explica que es simple: “Todo es pura adrenalina y concentración en ganar la carrera”.
Precisamente esa disciplina le ha permitido al piloto cuscatleco contarse entre las figuras nacionales del automovilismo. “Ostentar el título de campeón nacional es algo que me llena de mucho orgullo, pero también implica mucha responsabilidad, pues también hay que ayudar al crecimiento de otros compañeros”, expresó.
En su opinión el automovilismo salvadoreño tiene una “gran ventana”, y es contar con El Jabalí, considerado el autódromo más grande de Centroamérica.
El cree que las carreras autorizadas fomentan la incorporación de todos aquellos que se dedican a correr en las calles (en horas nocturnas) de forma ilegal.
Sin embargo, también dicho deporte tiene el reto de no morir, pues cada vez hay menos personas que se dediquen a tal actividad.
“En la actualidad existen unos 15 pilotos profesionales, aunque no todos corren, y entre 20 y 30 pilotos amateur, una categoría que debería seguir creciendo, pues son los corredores del futuro”, señaló.
El piloto espera que los 40 años de El Jabalí, que se celebró este fin de semana pasado, logre motivar el surgimiento de nuevos patrocinadores, y por ende, de nuevos pilotos.
Nota por GUADALUPE HERNANDEZ para elsalvador.com
20-02-2019